Toda mi vida ha sido una batalla perdida en el mapa; la cobardía ni siquiera fue en el campo, donde tal vez no la tuviese, sino en la oficina del jefe del Estado Mayor, y de él a solas con su convicción de la derrota. No se osó el plan porque iba a ser imperfecto; no se osó volverlo perfecto, aunque no pudiese realmente serlo, porque la convicción de que no sería perfecto quebró la voluntad con que él, aunque imperfecto, siempre se podría intentar. Ni me ocurrió nunca que el plan, aunque imperfecto, podía ser más perfecto que el del enemigo. Es que mi verdadero enemigo, victorioso contra mí desde Dios, era aquella misma idea de perfección, que me enfrentaba antes que todas las tropas del mundo, en la vanguardia trágica de todos los armados del mundo.

barón de Teive

( Marcado el año pasado. Que lejanos esos pensamientos..)